lunes, 28 de febrero de 2011

LO ESENCIAL



MALEVAJE. Día: 26 de febrero. Lugar: Teatro Liceo. Organiza: Fundación Salamanca. Entrada: Casi lleno.



Volvían Malevaje tras más de una década sin rendirnos visita. Por eso y porque no son precisamente asiduos de las grandes pasarelas audiovisuales, nos costaba reconocerles, tanto en su aspecto físico como en las florituras que adornan su partitura. Bartrina, cantante y líder de esta formación se ha afeitado las patillas, ha jubilado la chupita de cuero, ha engordado unos kilos y como decía el mismo Gardel en el más célebre de sus tangos, las nieves del tiempo platearon su sien. Malevaje, una de las rarezas más descolocantes de la llamada movida madrileña, que empezó insuflando al tango la frescura de cierta actitud roquera (compartían incluso sección rítmica con los mismos Gabinete Caligari), en la actualidad han limado artistas juveniles y ya son una banda más cultivando el clasicismo del género, una fidelidad y respeto a las raíces, que se manifiesta también en las piezas  originales compuestas por el propio Bartrina y el bandonenista Ariel Hernández. Conservan afortunadamente lo esencial: su pasión por el tango, uno de los géneros que elevan la calidad del cancionero popular tanto musical como poéticamente. Nos presentaban su trabajo número doce, “No me quieras tanto, quiéreme mejor”, en el que vuelven a intercalar clásicos con material propio, sin que el repertorio pierda un átomo de coherencia e interés. No es poco.

domingo, 27 de febrero de 2011

CANCIONES DESNUDAS


JAVIER RUIBAL. Día: 24 de febrero. Lugar: Hospedería Fonseca. Organiza: Universidad de Salamanca. Entrada: Aforo completo.




Más habitual en treparse a pequeños escenarios de locales nocturnos que a nobles teatros se presentaba la noche del jueves el cantautor gaditano Javier Ruibal en la sala de la Hospedería Fonseca, a la que llegó en solitario, únicamente acompañado por su guitarra española, su botellita de agua y un atril en el que dispuso letras y acordes de prácticamente toda su trayectoria obviando la reedición del laureado “Pensión Triana”, que constituye su último proyecto. La austeridad del francotirador en solitario más impuesta por las actuales circunstancias de la crisis discográfica que por motivos artísticos, nos muestra en saludable contrapartida  la esencia de un creador jugándosela: son canciones tal cual fueron compuestas y sonaron por primera vez en el salón de su casa. Canciones desnudas sin colorantes ni aditivos, voz y guitarra, música y letras. Una prueba del nueve que Ruibal supera con la personalidad de una voz profundamente apasionada, voz andaluza con marcadas influencias blues, jazz, marroquíes. Textos costumbristas y amorosos, urbanos y cosmopolitas, tan hijos de su rincón gaditano como de la disparatada vorágine de un mundo en continuo intercambio de información urgente y virtual. Es Javier Ruibal un cantante único, que transita por veredas que nadie antes frecuentó. Un creador de paisajes sureños y personajes tan volados como entrañables. Una garganta, que por diferente, nos enriquece.

viernes, 25 de febrero de 2011

LA ORIGINALIDAD


ASTRUD. Lugar: Fonseca. Día: 19 de febrero. Organiza: Universidad. Aforo: Completo.



¿Creen ustedes que sería posible mezclar con gracia y naturalidad en el texto de una canción artefactos tan dispares como una copia de evaluación de Windows Vista, una fotografía de Natalia de Operación Triunfo, la biblia catalana interconfesional, algunos litros de plasma sanguíneo, unos cuantos millones de pesetas en monedas de veinte duros, algún filtro para el grifo de carbón activo o alguna cepa de la gripe española de carbunclo? La respuesta es sí, aunque tamaña hazaña posiblemente sólo este al alcance del dúo catalán Astrud, que nos visitaba el sábado acompañados de un fantasioso grupo que con instrumentación tan extraña para el pop como violín, contrabajo, acordeón, o zanfona, reconstruyen viejas armonías en uno de los ejercicios más originales de una de las instituciones de la sección modernuki de la música indie española. Manolo canta como si estuviera cocinando en casa. Genís alborota a la parroquia vestido de gimnasta rítmico pero eso sí con guantes a lo Rita Hayworth y tacones a lo Brigitte Bardot. También se tira en el suelo en un intento de levitación que tampoco en Salamanca funciona. Sin término medio, Astrud, te gustan u horripilan, pero desde luego es indudable que son espíritus libres dando saludables puñetazos contra todo tipo de convencionalismos asentados en el panorama de la adocenada música actual.

sábado, 12 de febrero de 2011

TOS Y TROVAS

JAVIER KRAHE. Día: 11 de febrero. Lugar: Hospedería Fonseca. Organiza: Universidad de Salamanca. Entrada: Aforo completo.



Volvía Krahe a Salamanca, ciudad con la que desde hace ya tres décadas mantiene estrechos lazos de fidelidad y afecto, que siempre llevan a ese raro privilegio de colocar el cartel de “No quedan entradas”, bastantes días antes de su recital. Decimos “recital”, palabra ya en desuso, y no concierto o espectáculo, porque este termino es el que mejor define lo ofrecido por este catedrático de las rimas consonantes y el humor inteligente y este desastroso cantante y músico, capaz de intercalar perfectos endecasílabos quevedescos con tremendos ataques de tos, maravillosas letanías de índole erótico-festiva con recurrentes lingotazos de indescifrable jarabe, canciones de fino trovador urbano propias del académico George Brassens con cantos etílicos de gamberro desafinado a lo Toreros Muertos. Precisamente “Toser y cantar” era el álbum que nos presentaba, un disco que, como siempre, conviene no haber escuchado antes del recital para no destripar su indudable gracia, que esta vez se centra en asuntos tan peliagudos como la salud de nuestra democracia, el orgullo patrio, ciertos manuales de autoayuda, o sus habituales excursiones por alcoba ajena, en las que cada vez parece infiltrarse un poco más el contenido meramente de ficción que el de la torpe realidad. Ojalá la ley antitabaco nos lo conserve muchos años. Como él, no hay otro.

lunes, 7 de febrero de 2011

FLOR O PUBIS



Donde mi chica ve una preciosa flor, yo más obseso, sólo acierto a ver un pubis femenino. Me refiero al sugerente dibujo que aparece en la portada del nuevo álbum de Ainara LeGardon, cantante, guitarrista y compositora por la que un servidor siente una especial debilidad y que hace ya nada menos que veinte años vimos por primera vez trepada a un escenario aquí en Salamanca, su ciudad de entonces. Posteriormente, tras finiquitar aquellos recordados Onion, con los que grabó sus primeros trabajos, la vimos pirarse en busca de cielos más propicios para crecer y desarrollar su vocación de músico, ese oficio tan profunda e hipócritamente menospreciado por estas tierras (la única ciudad que uno sepa, por poner un ejemplo sintomático, en la que las programadores municipales, al tiempo que hacen pública la programación tienen el detalle de especificar cuantitativa y públicamente lo “mucho” que eso cuesta al contribuyente en concepto de derechos de autor, por no hablar de las noticias que esta pasada semana saltaban a la prensa nacional sobre el increíble retraso en el pago de algunos ayuntamientos salmantinos -Vitigudino o Villarino a la cabeza- a los músicos contratados en sus días festivos).
Pero no nos distraigamos con pesares, en realidad, yo sólo quería hablar de la delicia que supone escuchar las nuevas canciones de Ainara, cada vez más segura y firme en unos planteamientos musicales que siempre han huido del fácil acomodo en los estantes de la música más digerible y comercial para ahondar en la búsqueda de un mundo interior absolutamente personal en el que la cantante nos expone sus sentimientos con desgarro impúdico y agreste pasión. “We Once wished” título de esta nueva colección de canciones, es un trabajo espartano y al mismo tiempo pulido, desnudo de todo artificio, buscando lo esencial. Son versos esquemáticos que disparan reproches, publicitan secretos y confiesan devoción por un amor perdido y añorado, vestidos con una intensa guitarra que transita del lirismo más relajado y susurrante a la rabiosa y desaforada electricidad sin acordes de paso.
Ojalá pronto podamos verla presentando este maravilloso disco en Salamanca.

HADAS CERCANAS



Grupo: Pauline en la playa. Lugar: Hospedería Fonseca. Organiza: Universidad de Salamanca. Aforo: Casi completo.


La mejor prueba de que una buena programación musical no depende tanto del presupuesto con que se cuenta a la hora de confeccionarla sino de la imaginación, frescura, sensibilidad, y conocimiento que anide en la cabeza de los gestores culturales encargados de la tarea, la tienen en el maravilloso programa “Cultura en Curso” organizado por Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca, donde sólo en este trimestre venidero podremos disfrutar de propuestas tan interesantes y atractivas como puedan ser Astrud, Javier Krahe, Chano Domínguez, Javier Ruibal o Pauline en la Playa. Estas últimas son las que nos presentaban ayer su último trabajo, el apreciable “Física del equipaje”, por cierto y ojo al dato, al módico precio de cero euros la entrada. Las hermanas Mar y Alicia Álvarez llevan más de una década (sin contar sus primeros guitarrazos con aquellas garajeras Undershakers que veíamos incendiar la Sala Potemkim en los noventa) trabajando en poéticas e inteligentes canciones sin perder ese encanto amateur que las convierte en una especie de hadas cercanas que sobre el escenario intercambian jeroglíficos e indirectas. Las acompañan en directo una banda que desde distintas orillas (folk, jazz, rock) le prestan el apoyo logístico para dispararnos esos bombones (cuidado en el interior almacenan su sorbito de licor amargo) que parecen directamente heredados de aquellas míticas Vainica Doble.