lunes, 7 de febrero de 2011

FLOR O PUBIS



Donde mi chica ve una preciosa flor, yo más obseso, sólo acierto a ver un pubis femenino. Me refiero al sugerente dibujo que aparece en la portada del nuevo álbum de Ainara LeGardon, cantante, guitarrista y compositora por la que un servidor siente una especial debilidad y que hace ya nada menos que veinte años vimos por primera vez trepada a un escenario aquí en Salamanca, su ciudad de entonces. Posteriormente, tras finiquitar aquellos recordados Onion, con los que grabó sus primeros trabajos, la vimos pirarse en busca de cielos más propicios para crecer y desarrollar su vocación de músico, ese oficio tan profunda e hipócritamente menospreciado por estas tierras (la única ciudad que uno sepa, por poner un ejemplo sintomático, en la que las programadores municipales, al tiempo que hacen pública la programación tienen el detalle de especificar cuantitativa y públicamente lo “mucho” que eso cuesta al contribuyente en concepto de derechos de autor, por no hablar de las noticias que esta pasada semana saltaban a la prensa nacional sobre el increíble retraso en el pago de algunos ayuntamientos salmantinos -Vitigudino o Villarino a la cabeza- a los músicos contratados en sus días festivos).
Pero no nos distraigamos con pesares, en realidad, yo sólo quería hablar de la delicia que supone escuchar las nuevas canciones de Ainara, cada vez más segura y firme en unos planteamientos musicales que siempre han huido del fácil acomodo en los estantes de la música más digerible y comercial para ahondar en la búsqueda de un mundo interior absolutamente personal en el que la cantante nos expone sus sentimientos con desgarro impúdico y agreste pasión. “We Once wished” título de esta nueva colección de canciones, es un trabajo espartano y al mismo tiempo pulido, desnudo de todo artificio, buscando lo esencial. Son versos esquemáticos que disparan reproches, publicitan secretos y confiesan devoción por un amor perdido y añorado, vestidos con una intensa guitarra que transita del lirismo más relajado y susurrante a la rabiosa y desaforada electricidad sin acordes de paso.
Ojalá pronto podamos verla presentando este maravilloso disco en Salamanca.

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