viernes, 19 de noviembre de 2010

MIGUEL RÍOS por Juan Mari Montes



Enciendo la tele y me pongo a jugar inconscientemente a esa ruleta rusa que supone en estos días manipular el mando a distancia. Pero tengo suerte. Me encuentro nada menos que a Miguel Ríos, uno de esos héroes míticos de mi adolescencia. Retransmiten un fragmento de uno de sus conciertos más recientes, concretamente el que dió hace un par de días en Madrid. También lo entrevistan. Acaba de editar un nuevo disco, un directo grabado en casa (Granada) recogiendo un puñado de sus mejores canciones, algunas de ellas interpretadas junto a ilustres invitados (Ana Belén, Carlos Goñi, Pereza, Rosendo o Carlos Tarque). Con todo, y a pesar de lo bueno que ofrece ese trabajo, esa no es la noticia importante.
Lo importante es el anuncio de que se marcha tras cuarenta y nueve años cantando. Deja de cantar para dedicarse a otras cosas. Una gira más y adiós. Hago memoria y no recuerdo otro cantante que se haya ido voluntariamente. Todos insisten con mucho convencimiento en esa idea descabellada y morbosa de que les gustaría morir en el escenario. Como toreros en la plaza. Lo dicen incluso, cuando ahí, en las butacas ya sólo quedan un par de filas ocupadas por familia y amigos. Y a unos con más dignidad que a otros, a casi todos les vemos descender la pendiente de esa montaña rusa que fue el éxito, la nube de gloria y perecedera fama que se le fue esfumando de las manos.
También en esto, nos da un buen ejemplo, el honesto e inteligente Miguel Ríos. Escribo escuchando “60 mp3”, uno de sus últimos trabajos de estudio, un álbum grabado en 2004, recogiendo los hermosos versos del poeta García Montero musicalizados por el guitarrista John Parsons y el propio Miguel. Y canta la oración que no escuché al Papa Benedicto XVI: “Para que renunciéis a vuestra guerra, yo renuncio a mis dudas, que son parte de mí como la luz amarga del otoño. Y escribo Dios, Justicia, Mundo, y os pido caridad y os lo suplico”.
Chao, Miguel, te echaremos de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario